¿Y si fuera curioso?

Si fuera curioso indagaría los motivos por los que me atrae esto y aquello, e indagaría también por qué me repele lo de más allá.

Si fuera curioso me preocuparía por saber qué es lo que te ocurre, qué es lo que necesitas y por qué te muestras alegre o triste.

Si fuera curioso exploraría en las motivaciones de las personas a las que lidero y sabría de sus miedos, angustias, anhelos, sueños e ilusiones, y entonces podría caminar junto a ellos en lugar de pretender guiarlos.

Si fuera curioso tendría la Valentía de recorrer ese callejón de mi propia vida para averiguar qué es lo que se encuentra tras esas puertas cerradas que aún nunca me he atrevido a abrir.

Si fuera curioso me atrevería a fijar mi mirada en la tuya para entrar en ti y permitir que también tu entrases en mi, y así nos permitiéramos fortalecer unos vínculos que nos llevarían allá donde nos propusiésemos llegar.

Si fuera curioso quizás mis miedos remolonearan y no se atrevieran a salir de puro miedo al ver la valentía en mi rostro.

Si fuera curioso, incluso en la noche más cerrada sería capaz de buscar los caminos que me están vedados por la luz del sol cuando mis creencias me atenazan y subyugan.

Si fuera curioso, mis preguntas surgirían de lo más genuino de mi esencia, buscando conocerte aún un poco más para poder iniciar aquellas travesías y te permitirían a ti conocerte a través de esas mismas preguntas.

Si fuera curioso, abriría las puertas de mi conocimiento y cerraría las ventanas de mis prejuicios.

Si fuera curioso, un soplo de aire fresco entraría en mi vida y eliminaría ese hedor de puro rancio y espacio cerrado.

Así, por fin, ¿qué es lo que conseguirás contigo y con el mundo si hoy te dejas llevar por la curiosidad?