Volver a Yemen
Por Jordi Vilá
Hace casi dos años, un puñado de soñadores pragmáticos decidimos salir al parque de la Ciudadela a capturar sueños y, de ahí es la foto que ilustra el presente post. Como veréis, un cubo inacabado, con 4 paredes en las que llegaron a convivir hasta 280 sueños de todo tipo, desde el niño que quería ser piloto hasta el que quería ser jugador del F.C. Barcelona, desde el guardia urbano que esperaba que el negocio de su pareja, una pequeña tienda, saliera bien, hasta la chica que soñaba con la vuelta del padre de su hijo, algo que el adivinó con una enorme sonrisa que eclipsó al sol primaveral.
Hubo un de esos sueños que me cautivó especialmente, el de un hombre de mediana edad, oscuro de piel y con una mirada que estaba lejos, muy lejos de nuestras fronteras. Al preguntarle por su sueño, la respuesta fue rápida, la escribió en un papel y la colgó en el tablero: volver a Yemen, decía el papel y, al pedirle que nos contara que lo impedía, las lagrimas contestaron por él, pero también lo hizo el coraje y la determinación que se veían en su cara.
Ese día mucho sueños se enunciaron y espero que muchos de ellos, al enunciarse, empezaran a ponerse en marcha.
Sí, es cierto, soy un optimista sin remedio y ayer lo constataba en una conferencia a la que asistí en el Institut Gestalt de Barcelona, pero también lo constataba una reunión que mantuvimos con uno de esos soñadores pragmáticos, uno de esos que, cuando tiene un sueño, empieza también a imaginar como será la realidad cuando pueda vivirlo e inicia la construcción de su plan para llevarlo a cabo.
Esa persona es un profesional senior con una importante discapacidad visual, algo que no es obstáculo para que se desenvuelva por las redes con el ímpetu y la destreza del jovenzuelo veinteañero que también anida en el.
¿Cuál es ese sueño que empieza a ver la luz de forma muy tímida pero decidida?, ayudar a personas con problemas de inserción profesional, a conseguir un camino laboral que les permita afrontar su vida con dignidad y garantías. Personas con algunas de sus capacidades mermadas pero con otras más desarrolladas, precisamente por carecer de las primeras, personas con pasados complicados, personas, en fin, con una vida por delante.
Y ayer me vino a la cabeza ese volver a Yemen y, aunque no conozco el desenlace, sí adivino su Vida en aquel país, como adivino el éxito del sueño de Marcos, o el de todos aquellos que ponen el coraje y la determinación en hacer que su sueño se cumpla porque, más que un sueño, es un grito a la Vida, un silencioso grito a la vida.
¿Qué sueño empieza hoy a hacerse realidad?