Valores, la brújula de mi vida
Por Jordi Vilá
Hay múltiples definiciones de los valores, aunque tras darle vueltas creo que me quedo con una muy simple: “Aquella forma de vivir mi vida que me permite dormir tranquilo cada noche”.
Es posible que alguien encuentre el título de este post una frase muy azucarada, pero realmente, es lo que son para mi. El siempre genial Quino, fuente de inspiración y reflexión donde las haya, creaba este vídeo, de algo más de un minuto, en el que podemos ver lo que estamos haciendo con los valores en parte de nuestra sociedad actual:
Afortunadamente también hay personas que viven sus valores, no tan solo los enuncian, como también hay organizaciones que lo hacen, y la verdad es que este artículo de www.elconfiencial.com fue el que inspiró estas líneas.
¿Qué hace que un ejecutivo como Javier Chércoles sea capaz de defender sus principios hasta el punto de ser apartado de la empresa?, ¿qué hace que una persona o un conjunto de ellas tenga la fortaleza de Ser ellas mismas, por encima de las circunstancias?
La respuesta que me llega es sencilla, aunque no simple: “vivir la vida en coherencia conmigo”.
Tan solo debemos fijarnos de dónde sacamos la fuerza en empresas imposibles, de dónde sale ese chorro de energía capaz de transformar nuestra vida: de nuestros valores, de vivirlos en todo momento, de ser fieles a ellos más que a una vida pretendidamente más fácil porque, al final, la vida se torna notablemente más compleja cuando los pisoteamos.
Recuerdo, hace muchos años, entrar en una empresa del sector metal y, en la recepción, leer un cartel que gritaba: La Calidad es nuestro principal Valor, y esta es la frase literal. Tan solo hacía falta echar un vistazo para ver como la mitad de las bombillas estaban fundidas y una buena parte de las estanterías de vidrio, cuarteadas.
Un día tuve la fortuna de trabajar en un equipo de dirección en el que vivíamos estos valores y debo confesar que fue la etapa de mayor crecimiento personal y profesional, y todo gracias a nuestro líder, a quien no le amedrentaba enfrentarse a quien fuera por defender nuestros valores y nos animaba a hacer lo mismo.
Los valores en la organización en la que estás, ¿se viven o solo se enuncian?