Trabajo en redes
Por Jordi Vilá
Una experiencia muy reciente me permitió diseñar un equipo de trabajo en dos días, debía ser un equipo en le que sus miembros fueran capaces de interactuar, expertos en la facilitación de grupos con una fuerte componente de diversidad.
En tan solo unos días recibimos las indicaciones de nuestro cliente, diseñamos el equipo de trabajo, diseñamos el proyecto, lo presentamos a nuestro cliente, recibimos su visto bueno y lo ejecutamos.
Realmente esto no es nuevo, no obstante, hace algunos años no estaba bien visto y se buscaban organizaciones bien vertebradas y con el prestigio de la marca acorde con el proyecto, hoy en día el prestigio es el de los profesionales que participan en el proyecto más que en la marca, lo cual permite trabajar con las personas más adecuadas en cada momento.
No es fácil ni rápido, y es algo que se va construyendo a través de los años y de las diferentes experiencias profesionales es, ni más ni menos, la construcción de redes relacionales que permitan acometer proyectos de cierta envergadura, no se trata de saber hacer sino, de saber quién sabe hacer y hacerlo, aparcando los egos y dejando que entren en contacto las ganas de compartir y disfrutar con la labor bien hecha.
Y para que estas redes se puedan construir nada mejor que compartir experiencias, conocimientos, relaciones, etc., alejando el efecto Golum que tanta soledad conlleva y permitiendo la entrada de aquello que me hace crecer en compañía de otros.
Poniendo un claro ejemplo, en breve iniciamos el funcionamiento a través de una red de profesionales de amplia experiencia y prestigio profesional local, para actuar en el ámbito de Latinoamérica, un proyecto que nos permitirá aunar esfuerzos y prestigiarnos mutuamente, yendo hacia la excelencia.
Recuerdo un día, habiendo abandonado el entorno de protección de una organización formal, en que una cliente corporativa me preguntaba por el equipo con el que iba a trabajar su proyecto y quedaba sorprendida, por el aumento de la capacidad de respuesta que podía darle, y es que, a partir de aquel momento, desaparecieron las barreras que condicionaban mis intervenciones.
El mercado está ahí fuera, la imaginación está aquí dentro ¿qué tal si los unimos pensando que los límites están, en gran parte, en nuestra mente?