¿Sólo dinero?
Por Jordi Vilá
Una vez más un artículo periodístico escrito desde el sentido común y los valores, me inspira este post, en este caso, el escrito por Alan Murray en The Wall street Journal y publicado en Expansión con el título Tener éxito no es ganar dinero.
Los emprendedores, y en su justa medida me considero uno de ellos, nacen en la mayoría de casos con una idea que deviene en sueño e ilusión, que se convertirán en proyecto y realidad si la tenacidad, el empuje y la creatividad e innovación, están entre sus principales competencias.
No voy a ir hacia ejemplos tan conocidos como GOOGLE, FORD, HARLEY DAVIDSON o tantos otros, prefiero centrarme en otros ejemplos de menor entidad pero con la misma carga emocional, creativa y resolutiva y, ya puestos, citaría ejemplos como CATALIZA, S.C.C.L., ORBYCE, DAMM, EVERIS o cualquiera de aquellas firmas nacionales que nacieron, quizás no en un garaje, pero sí seguramente, entre manteles de papel.
Cuando esas ilusiones se transforman en proyectos y estos en realidades consolidadas, podemos ver como se generan unos recursos económicos, indudablemente, ya que los mismos son necesarios para hacer que la maquinaria funcione cada vez con mayor eficiencia pero, también, y quizás en una mayor proporción, se generan unas expectativas, una motivación y una cultura organizativa, considerablemente más poderosa que esos recursos dinerarios.
Solo el dinero, difícilmente va a crear nada más que más dinero, por el contrario, un puñado de soñadores con un proyecto común, va a saber generar una riqueza que está mucho más allá de la simple cuenta de resultados.
Mirar hacia atrás y ver colocados robustos ladrillos de esfuerzo, ilusión, pasión e ideas, permite centrarse en un presente que permita generar aún más recursos de esa tipología, gestando la semilla que podremos recoger mañana en forma de nuevos modelos de creación que devendrán aún más sostenibilidad en nuestra sociedad.
No es casualidad que se esté produciendo un retorno a los valores, la creación de términos como “la economía del bien común” o una preocupación muy real del mundo en el que queremos vivir. Parece que se produce una toma de conciencia de lo que es realmente el éxito, ¿sólo es dinero o es algo mucho mayor? ¿o quizás sí es casualidad pero casualidad causal?
La llamada es de nuestro interior, ¿oyes la llamada de tus más profundos intereses?