¿Sirve el término coach para cualquier actividad?
Por Jordi Vilá
No he podido resistirme a escribir estas líneas tras leer en la Vanguardia de hoy, 25 de agosto de 2013, un reportaje de Anna Cabanillas titulado “El coach de los vendedores” (http://www.lavanguardia.com/20130825/54378765616/el-coach-de-los-vendedores-anna-cabanillas.html) y es que me ha llamado poderosamente la atención puesto que no es extraño que el público en general ande desconcertado con el término coach y coaching, dado el uso que de él se hace un múltiples ocasiones.
Un coach es un entrenador, si hablamos en el ámbito deportivo, o un acompañante si hablamos del ámbito ejecutivo o personal, o al menos eso es lo que un grupo de profesionales entendemos como tal pero, al leer el artículo referenciado, no encuentro por ningún lado esta actividad para la persona a la que la periodista define en su artículo.
Convendría hacer un uso acurado de las palabras ya que ellas son las que construyen nuestro mundo, de lo contrario, será cada vez más complejo que al hablar de un tema cualquiera, todos podamos contextualizarlo adecuadamente.
No quiero decir con esto que el emprendedor al que retrata en su página, no sea un profesional extraordinario con una formación y experiencia lejos de toda duda… pero lejos también del término coach o coaching, ya que sus méritos residen en la creación de diversas iniciativas empresariales y software de gestión pero, en ningún caso, al menos según lo relatado, incide con su labor en que las personas y organizaciones por él acompañadas indaguen en su interior, profundicen en sus motivaciones, creencias y objetivos para encontrar la mejor versión de sí mismas.
Algo similar ocurrió con otros términos tales como la Inteligencia emocional, cuyo significado llegó a prostituirse de un modo que tergiversó por completo la idea inicial de sus creadores (Daniel Goleman, Richard Boyatzis y otros).
Un coach, si hablamos del ámbito empresarial, es un profesional dedicado al acompañamiento de organizaciones, equipos y personas, un profesional cuya labor no reside en aportar soluciones si no trabajar para que la persona o colectivo con el que trabaja, sea capaz de hallarlas en su interior, fruto de sus reflexiones y cuestionamientos, un profesional que acompaña a fijarse unos objetivos, focalizarse en ellos y explorar en los motivos que lo impiden, así como en las palancas que permitirán alcanzarlos.
Trabajemos para conseguir la mejor versión de nosotros mismos, quizás contratando a un coach, ¿lo haremos?