Salió la luz
Por Jordi Vilá
Los otros ven a esa persona dura, rígida y soberbia y a mi me ha sido dado el ver a la persona frágil y quebradiza que se protege de la agresión externa precisamente con esa imagen de invulnerabilidad, kilos y kilos de coraza, de muralla emocional son los que pretenden protegerte.
Y al profundizar, tu mismo ves que eso no es posible, que quizás esa protección es útil de cara al exterior, pero cada vez te sientes más solo, más vulnerable, más triste. Lo más triste de todo ello es que ya no sabes como salir de ese bucle, temes bajar tus defensas y que aprovechen para un ataque certero.
Hasta que un buen día decides dejarte ir, pensar que, aunque no fueras perfecto e inexpugnable, los otros y tu mismo te querrían, y descubres que tras esa amalgama de creencias, no existía más verdad que el amor y la perfección en la imperfección.
Y entonces decides fluir y ser tu, y un gran peso desaparece de tus hombros y de tu alma, ya es igual la imagen que otros se hagan de ti por que sabes que solo siendo tu podrás reconocerte y salir de ese bucle de toxicidad
A partir de ese momento te lo puedes perdonar todo, absolutamente todo, como puedes perdonar también a los que un día imaginaste enemigos en tu neurosis.
Ahora te ves y ves paz, serenidad y capacidad de respuesta, todo aquello de lo que carecías cuando luchabas contra aquellos molinos de viento que semejaban gigantes.
Lo que era oscuridad ahora es luz, lo que fue tristeza hoy es alegría, lo que fue rencor hoy es perdón, la herida sanó, aunque no fue ni fácil ni rápido, incluso un día pareció que no podría ser…y fue porque quisiste que fuera.
¿Qué es lo que viste que te permitió salir de tu oscuridad?