Sabiduría en el conflicto, aprendizaje en la templanza
Por Jordi Vilá
Estamos dinamizando un Equipo cuando, de repente, uno de los miembros del mismo estalla en indignación. Inicialmente no sabemos contra quien ni contra qué, algo que, probablemente, ni tan siquiera esa persona sabe.
Podría ser inseguridad, afán de protagonismo, indignación, …., lo que puedo garantizar es que ha sentido la necesidad de expresarlo en un entorno que sabe seguro, algo que hace de forma directa y contundente, sin pararse a pensar en el posible resultado de su acción.
Esos momentos, son tensos, son críticos, ya que impactan en todo el Sistema, considerando como tal todas las personas que nos encontramos en la sala. Las miradas se dirigen a nosotros, a los Coaches-dinamizadores, esperando una reacción, quizás explosiva, indiferente o de cualquier otro tipo. El aire puede cortarse.
Ese momento, lo recibimos como un regalo, como un elemento que nos permite tomar el pulso al Equipo y a eso hacemos honor con una respuesta serena, templada, preocupándonos por la necesidad de esa persona, por los motivos reales que le llevan a esa explosión, y ahí es cuando, sin el conocimiento explícito, el sistema empieza a fluir, empieza a trabajar para el propio sistema, por el bien de su crecimiento.
No creo que esa persona sea todavía consciente de su aportación, es más, estoy convencido de que habrán de pasar algunas semanas hasta que sea consciente de ello, como lo son algunos otros componentes que nos lo gritan con su mirada y con su cuerpo.
En los Equipos, se dan esas situaciones, ya sea en entornos de reunión, formación o simple convivencia. Podemos optar por entrar en franca discrepancia o preocuparnos por buscar lo que subyace tras la queja de la persona, en cuyo caso, encontraremos las verdadera preocupación, su demanda callada, su grito por ser escuchada.
En esta ocasión, nuestro hábito a enfrentarnos a esas situaciones, nos permitió dar una respuesta serena a la petición no realizada y terminar la jornada con unos aprendizajes que, de otro modo, habrían resultado imposibles.
¿Estás dispuesto a buscar esos rincones de aprendizaje, en lugar de enzarzarte en batallas absurdas y sin sentido cuyos perdedores somos todos?