Resiliencia en tiempos del COVID 19
Por Jordi Vilá
Lo que más oigo en estos días en que ya llevamos algo más de 5 semanas de confinamiento es algo parecido a “es lo peor que me ha pasado en la vida”, algo que se asegura con vehemencia y ahí creo que cada persona que lo dice es injusta con ella misma.
Sí, es una verdad incuestionable que jamás habíamos vivido algo parecido, más aún, jamás a escala planetaria, ni tan siquiera las guerras mundiales asolaron a la práctica totalidad de territorios del orbe, algo que sí está ocurriendo en este momento.
Y ante la pregunta ¿qué momentos críticos has atravesado en tu vida?, escucho historias que ponen los pelos de punta, historias que afectaron a lo más profundo de las personas que las cuentan, historias de miedo, de superación, de coraje no exento de angustia.
Las personas que cuentan esas historias las superaron de un modo u otro, es cierto que lo actual es planetario, y también lo es que la práctica totalidad de personas hemos experimentado situaciones que vivimos con la mayor de las congojas en su tiempo.
Vamos a pensar en el momento en que aquella criatura de apenas un año quiere empezar a caminar, el cuerpo mismo se lo pide, lo intenta una y otra vez y, tal como lo intenta, parecería que fracasa, repelones en las rodillas, algún que otro chichón hasta que, por fin, con muchos titubeos, da sus primeros pasos.
Aquella enfermedad vencida, aquel trabajo perdido, la muerte de un ser querido, tantas y tantas situaciones vividas, porque a fin de cuentas eso es la Vida, una cadena de sucesos encadenados en la que unos nos aportan serenidad y otros zozobra e incertidumbre, y todos ellos aprendizajes.
Incertidumbre, suceso inédito, eso sí es cierto, ahora bien, también lo es que el ser humano, por naturaleza, tiene la capacidad de sobreponerse, y para ello va a ser necesario explorar en nuestro interior para encontrar aquellas herramientas que ya en nuestras etapas más tempranas nos fueron útiles.
Esto también pasará a la historia, incluso es posible que yo no llegue a verlo, y os aseguro que ha habido circunstancias en mi vida que fueron igual de inciertas, incluso más duras aunque, eso sí, no afectaron a la totalidad de la población.
¿Qué habrá después?