Reflexión estratégica de un equipo, el modelo
Por Jordi Vilá
Hace dos semanas enunciaba en este post el trabajo realizado con un equipo, en el que anunciaba la presentación informal del modelo.
Efectivamente, lo que pretendemos Tomás López Castro y Jordi Vilá Giménez con este modelo, es poner negro sobre blanco lo que hemos venido trabajando estos dos últimos años, que no es otra cosa que el convencimiento de que los equipos, para llegar a dar su máximo rendimiento, deben estar alineados con ellos mismos y con todos sus componentes.
De ahí que tomando como brújula la obra de Lencioni (2012) referente a Valores, desarrolláramos el presente modelo, el cual parte de una razón de ser del colectivo, lo que en estrategia se ha dado en llamar Misión: ¿para qué existe este equipo?¿qué razón de ser tiene?
El motivo es claro, consensuar las razones que nos llevan a trabajar con un objetivo común, aquel que, entre todos, decidamos que sea, ya se trate de un equipo sostenible en el tiempo, o de un equipo de proyecto con el fecha de caducidad prefijada.
El siguiente paso será crear una visión a corto-medio plazo, sugiriendo empezar por dibujar el equipo que nos gustaría ser en un año de plazo, ¿qué características tendrá?¿qué barreras habrá tenido que vencer?¿qué resistencias de sus miembros habrá vencido?
Obviamente, esta es una imagen ilusionante y retadora para los componentes del colectivo, algo que significa que hay trabajo conjunto por hacer, lo cual nos lleva a enunciar los valores necesarios para llegar hasta ahí:
- De un lado, los valores intrínsecos que ya poseemos, los valores que están en la esencia del equipo y que nombraremos como Esenciales. Suponen auténticos filtros de toma de decisiones y van íntimamente ligados con nuestra razón de Ser, con nuestra Misión.
- Del otro, tenemos los valores que necesitamos para llegar a hacer posible nuestra Visión, aquellos que aún no están integrados plenamente en nosotros como colectivo y a los que llamaremos Deseables.
De la Visión y los valores Deseables, partirán una serie de proyectos que deberán realizarse para conseguir el éxito, proyectos colectivos, específicos, medibles y temporalizables.
…Y todo colectivo, para convertirse en un Equipo, va a necesitar darse un feedback generoso, es decir, con el rigor, la confianza y la generosidad que precisa, dónde nosotros abogamos por realizar una rueda de feedback que permita a cada uno de los miembros conocer sus comportamientos impulsores y frenos del equipo.
¿Para qué?, simplemente para poder entonces recibir las peticiones de sus compañeros y asumir los compromisos que le permitan ser un catalizador de la transformación.
Fijémonos que hablamos de transformación, no de cambio, como hablamos de compromisos personales.
No es fácil, ni cómodo, ni rápido, aunque los resultados hacen que el esfuerzo sea recompensado con creces.
¿cómo evoluciona un Equipo que lucha por serlo?