Reflexión, decisión y acción
Por Jordi Vilá
La mayor parte de cosas requieren reflexión, decisión y acción, justo por este orden y es que el orden sí altera el producto.
En una ocasión una cliente con la que habíamos estando trabajando seis meses veía el largo camino recorrido en lo que ella consideraba tan corto espacio de tiempo, en otro, un equipo al que estuve acompañando cerca de un año, veía la creación de unos lazos de confianza que no se habían conseguido en los 10 años anteriores.
Del mismo modo, un miembro del Comité de Dirección de una de las empresas consideradas “referente” en su ámbito, se quejaba amargamente ante su CEO de que quería que tomaran decisiones con agilidad cuando, en los 15 años que llevaba en la compañía, todas las decisiones habían procedido del máximo ejecutivo, es decir, le pedía tiempo para transitar por el nuevo camino.
Una persona me decía que quería ir al grano, que quería el resultado inmediato y, la verdad, ahí Harry Potter me la jugó, y es que se quedó con la varita mágica. Ir al grano era, para ella, obtener el resultado de forma inmediata, ahora bien, para ello no estaba dispuesta a salir de su zona cómoda.
Hay quien nos tacha a los coaches de vendedores de humo, y eso seríamos si pretendiéramos dar esas pócimas mágicas que no serían más que burdos remedios a síntomas que producirían vueltas al inicio continuas.
Para que llegue la noche hace falta que pase un día, un día entero, y no vamos a poder saltarnos ni tan siquiera diez minutos o, como leía hace unos días, nueve mujeres embarazadas no pueden tener un niño en un mes.
Cada cosa necesita su tiempo y cada persona o colectivo necesita el suyo, siendo engañoso pretender lo contrario, nuestros sistemas de creencias y valores, los surcos sinápticos creados con el paso de los años, todo ello nos condiciona, aunque bien es cierto que no nos determina y, por tanto, hará falta un tiempo y un espacio para conseguir esa transformación, aún y en esta etapa VUCA en la que vivimos.
Ese tiempo, ese camino que transitamos, tiene buena parte del aprendizaje necesario para alcanzar los fines, los objetivos que cada cual se plantee, y el que necesito yo, posiblemente no sea el mismo que necesites tu, o el que necesite cualquiera, cada persona es única e insustituible, ahí está nuestra grandeza.
Tiempo, tiempo para reflexión, decisión y acción, lo contrario nos lleva al caos sin sentido.
¿Quieres correr?, piensa en las consecuencias.