Recoges lo que siembras
Por Jordi Vilá
Una charla me llevó a la imagen de una frase tan contundente como cierta: cosechas aquello que siembras y, la verdad, nunca nada fue tan cierto como eso. Puedo recoger algún fruto silvestre por azar, pero es complejo que me pueda nutrir siempre de ese fruto silvestre.
Veo a alguien que se ha esforzado, que ha puesto todo lo que podía de su parte, que ha sembrado cohesión, aprecio y abundancia y es eso lo que acaba cosechando, aunque en ocasiones pueda tardar en llegar y lo haga del lugar más imprevisto.
Y veo aquellos que han sembrado confusión, dolor y barbarie, en cualquier ámbito y es eso lo que acabarán recogiendo, aún y con su sorpresa, puesto que son estos los que creen merecerlo todo.
Como la hormiga, paso a paso, grano a grano, sin prisa pero sin pausa, dando aquello que más tarde, de un modo u otro, espero poder disfrutar desde la abundancia.
Cuando espero lealtad desde el miedo, aprecio desde la desidia, cariño desde el más acido desdén, mi frustración está garantizada, y es por ello que el liderazgo precisa de un pensamiento a corto, medio y largo plazo, con equidad y con amor por las personas a las que tengo el privilegio de servir.
Solo entonces llega la recompensa, el orgullo de pertenencia, la colaboración hasta límites impensables, la generosidad y la innovación y, en resumen, todo aquello que me ha sido dado poder construir.
El aprecio solo se gana con aprecio, como la generosidad, la cooperación o la confianza, no puedo esperarlas desde el odio o el rencor, desde el terror o la amenaza.
Siembra esperanza desde el liderazgo, siembra alegría, tolerancia, respeto y eso será lo que obtengas cuando llegue el momento de recolectar, por más duros que hayan sido los tiempos y escarpados los caminos.
Hay quién se siente afortunado y tan solo le haría dos preguntas: ¿qué hiciste para que llegara aquello de lo que hoy disfrutas? ¿qué caminos transitaste para Ser el líder que hoy eres?