¿Quién hay ahí dentro?
Por Jordi Vilá
Siempre buscando fuera, siempre, y cuando tenemos que mirar hacia dentro, miedo, angustia y desazón por quién sabe qué.
Nos conocemos poco, y cuándo nos preguntamos quienes somos, apenas salen otros aspectos que los simples roles que desempeñamos de técnico, ejecutivo, directivo, docente, investigador, padre, hijo, amigo, líder, … y es que somos eso y mucho más porque, si nos quedamos tan solo en el rol, es bien poca la consideración que nos tenemos.
En mi trabajo, tanto con personas como con equipos, veo muchísimo talento, muchísimo potencial desaprovechado por un conocimiento superficial de esas potencialidades. Un exceso de ser políticamente correctos, de escuchar más lo de fuera que lo de dentro, a lo que prácticamente ni tan siquiera prestamos atención.
Corremos, todo es rápido, todo tiene que ser hecho deprisa, ¡no hay tiempo!, y todo se torna un horizonte sin sentido, sin la posibilidad de saber qué es lo que estamos sintiendo, qué es lo que sentimos por sentir de ese modo, dónde nos llevan nuestras actitudes, dónde nuestras acciones…
Y aquí es dónde conviene parar antes de, como dice un buen amigo, ser parados. Tomarnos un tiempo de reflexión, de introspección, de encontrar ese yo mismo y crecer en nosotros mismos, devendrá una de las más poderosas herramientas de liderazgo. Sin liderarnos antes a nosotros mismos, difícilmente podremos liderar a otros, podremos mandarles, enseñarles o guiarles, pero no liderarles.
Creo que no hay excepciones, empezando por mí mismo, todas las personas con las que he interactuado, han sentido temor de iniciar ese camino interior.
Es un camino inacabable, un camino rico en matices y en descubrimientos, preñado de sensaciones agridulces, de sonrisas y lágrimas, subidas y bajadas, un camino que nos ayudará a saber que somos eso… y mucho más.
La forma de empezar es sencilla, aunque empezar resulte complejo. Tan solo parar el ritmo desenfrenado, centrarnos en nuestra persona, acallar ruidos internos y externos y preguntarnos ¿quién soy?¿qué es lo que quiero?¿cuál es el camino que quiero seguir?. Como veis son preguntas sin mucha complejidad en su enunciado, lo complejo es explorar las respuestas, ir dándoles contenido, explorar las sensaciones que ello nos provoca.
Sé que lo expuesto no es nada nuevo, ya los griegos se hacían este tipo de preguntas y, en la actualidad, un gran número de personas empieza a tomar consciencia de la necesidad de conocerse.
¿Empezamos a recorrer ese camino interior?