¿Qué es lo que cambia?
Por Jordi Vilá
Debemos reconocer, sin ningún género de dudas, que la magia existe, y bastante ajustada, además, a la definición que de ella hace el diccionario de nuestra RAE (Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales), aunque con algunos matices.
Os preguntaréis el por qué de esta afirmación, y es que la respuesta está en todos y cada uno de nosotros, en los encantamientos a que nos sometemos cuando se dan las condiciones apropiadas que, una vez más, están solo en nuestro interior.
Y me explico: Hace unos meses, coincidí con un grupo de personas de entre las que hubieron tres con las que, en principio, me fue imposible empatizar, aunque debo reconocer que detrás de ello, habían ciertas barreras colocadas por nadie más que por mi. Al estar juntos varios días, me puse como objetivo conseguir sintonizar con ellas, algo que conseguí con dos, pero no con la tercera y es que, esta última, me resultaba tosca y desabrida, contraria al tipo de gente con la que me suelo relacionar.
Cual sería mi sorpresa al encontrarme a esta persona en circunstancias parecidas y descubrir en ella a una persona completamente distinta, abierta, afable, divertida incluso, pero tras una reflexión, me di cuenta de que la diferencia no estaba en ella y, lejos de eso, no estaba en otro lugar que en mi mismo; la persona era la misma, y seguramente también lo eran sus habilidades sociales, ya que fueron muchos los días que estuvimos compartiendo experiencias.
Pude darme cuenta de que el cambio se había producido en mi, en el trabajo de introspección realizado entre uno y otro encuentro, los cuales estuvieron separados por unos cuantos meses.
Al tomar consciencia de ello, percibí también que la miseria y la fortuna anidaban en mi, como también el poder de percibir el mundo. Si lo percibo negro, será negro, es más, no puedo pretender que sea de otro modo, puesto que todos mis filtros estarán activados en tal sentido.
Un mejor conocimiento de mi mismo y una ruptura con determinados estereotipos, me han permitido cambiar mi relación con otra persona, pasando de la repulsa al respeto y, por qué no, a la admiración.
Conseguir ese conocimiento, me va a permitir aceptar más que resignar, encontrar complementariades donde antes solo veía distancias, posibilidades donde antes solo había impedimentos y, de ese modo, mi vida y la de los sistemas y equipos en los que esté presente, se verá enriquecida.
¿Bajamos unos peldaños hacia tu interior?