Puedo
Por Jordi Vilá
– Nunca pensé que sería capaz de hacerlo, es más, aún no estoy segura de haber hecho eso – así es como hablaba una buena amiga tras haber hecho algo de lo que no se creía capaz.
– Llevaba años sufriendo por este tema, ¡años! y creo que poco a poco voy viendo el camino, voy viendo el lugar del que saqué la fuerza para permitirme hacerlo, para darme permiso para Ser yo misma –
No os aburriré con el resto de la conversación de la que, por otra parte, tengo su autorización para reproducir sin que quede desvelada la acción o identidad de la persona. Por otra parte, eso es irrelevante ya que, lo verdaderamente importante, es que una mujer que se creía débil, sacó fuerzas de flaqueza, pensó en grande, lo que realmente es pensar en grande, y actuó.
Ahí salió su esencia, una esencia preñada de fuerza, de ilusión, de coraje, por llegar al punto personal al que anhelaba llegar, y eso no sucedió ni un segundo antes de que pudiera suceder, ese era su punto, su momento vital o, dicho de otro modo y acogiéndome al recetario popular, “su día menos pensado”.
El camino fue largo y complejo, lleno de oscuridad, incertidumbre y miedo, hasta que todo se tornó luz, vio claro cuál era el camino. Ya solo quedaba actuar, y lo hizo, y se permitió Ser y entonces ocurrió. Sintió plenitud, serenidad, una tremenda sensación de paz.
De sus ojos brotaron lágrimas, lágrimas de las que lavan el alma, la esencia, el Ser, lágrimas que eran de orgullo por haber sido capaz, de alegría de celebración, de tranquilidad.
Esto ocurría un día cualquiera, en una organización cualquiera ubicada en una ciudad cualquiera. Podría ser tu historia, quizás lo es, si te sientes representada, o podría serlo si decides tener el coraje que tuvo mi amiga. Todos lo llevamos dentro, pero es más cómodo no sacarlo y mantenernos en una suerte de malestar confortable, zona de confort le llaman otros.
Hoy para ella salió el sol, un sol que pensó que nunca brillaría.
¿Cuándo saldrá el sol para ti?