Problemas, una fuente de crecimiento
Por Jordi Vilá
La semana pasada una cliente recibía dos buenas ofertas de trabajo, dos ofertas que le motivan; lleva un año en paro y ha hecho multitud de entrevistas, pero ha tenido que pasar un año hasta que llegaran estas y, en este tiempo, su crecimiento ha sido exponencial. El tiempo era necesario para su crecimiento y expansión.
Una buena amiga, politoxicómana en su día, tuvo que caer en el alcohol y los estupefacientes para encontrar su camino en la Vida, ayudando a otros a superar sus adicciones, como terapeuta en drogodependencias. Hace muchos años que tomó su última pastilla y su última copa y muchas las personas a las que ha acompañado a transitar el mismo camino de salida del infierno.
Negativas, llamadas no retornadas y sentimiento de impotencia por la incapacidad de llegar donde quería, fueron las simientes que dieron pie a un modelo organizativo en interdependencia, que está dando pie al embrión de una forma asociativa que sentará precedentes por la pasión e involucración de una serie de personas dispuestas a compartir, a crecer juntas y a cambiar la sociedad desde su aportación.
La muerte de una persona muy cercana y querida, da pie al acercamiento de otras personas que jamás debieron separarse. Admiración mutua que resurge con mayor fuerza.
Un Equipo de trabajo que ve como su sector empresarial se tambalea y se reinventa, frente a la parálisis de otros actores del mismo escenario. Aprenden a ver el escenario, ya no solo desde la platea, si no también desde los palcos o el gallinero, captando sutilezas que, hasta ahora, les habían sido vetadas, e incluso a pisar el escenario y convertirse en protagonistas.
Habría cientos, miles de ejemplos que nos demuestran que los problemas surgen como oportunidades de crecimiento, dando pie a una resiliencia que nos permite seguir avanzando. En todos ellos, encontraríamos rasgos comunes:
- Inconformismo frente a la adversidad.
- Coraje.
- Tenacidad.
- Autoestima.
- Autoconfianza.
- Gestión de los miedos.
- Convencimiento de que es posible superar cualquier cosa.
- Pasión.
- Honestidad.
Apuesto que algunos de estos rasgos te suenan familiares, y eso es algo que no es casualidad. Podrás superar aquello a lo que te enfrentes, solo tienes que creer en ti y, a lo mejor, contar con alguna compañía en tu camino. Las cosas no suceden porque sí y, en cualquier caso, tu escoges tu reacción ante ellas.
¿Quién me iba a decir que aquella catástrofe devendría el mejor de mis regalos?