¿Para qué la Inteligencia Emocional?
Por Jordi Vilá
Desde que Goleman (1995) divulgara el concepto, mucho es lo que se ha escrito sobre ella y muchos los talleres que se han impartido sobre el desarrollo realizado por Peter Salovey y John Mayer, ambos psicólogos de reputadas universidades norteamericanas cinco años antes.
Parece que hoy se acepta ampliamente que un nivel cognitivo elevado no es para nada garantía de éxito, es más, este podría ser un factor que penalizara a la persona si no va asociado al desarrollo de otro tipo de inteligencias, ya enunciadas por Howar Gardner (1984).
Tomemos en consideración que la Inteligencia Emocional considera dos grandes bloques que contienen los cinco pilares de la disciplina, por un lado tenemos los factores Intrapersonales, es decir, aquellos que se relacionan conmigo mismo:
- Autoconocimiento.
- Autogestión.
- Motivación.
Por otro, encontramos los Interpersonales, es decir, aquello referidos a lo exterior a mi:
- Empatía.
- Relaciones sociales.
Podemos asegurar con poco margen de error que el dominio de estas competencias, han llevado a personas con CI (Coeficiente de inteligencia) normales, a destacar en sus vidas, sea cual sea el camino que hayan tomado.
¿Qué es lo que permite un alto coeficiente de Inteligencia Emocional?, veamos tan solo los enunciados de las diferentes competencias de ambos bloques y la respuesta aparecerá sola: por un lado, las competencias intrapersonales nos permiten un mayor conocimiento de nosotros mismos, de nuestros estresores y de las palancas que nos mueven hacia un objetivo.
Por otro, el dominio de las competencias interpersonales nos van a permitir tomar consciencia de los sentimientos de los otros, tenerlos en consideración y gestionarlos para un mejor desarrollo de la relación, sea cual sea la naturaleza de esta.
Hay quien podrá decir que manipulación, pero de lo que se trata es precisamente de dar al otro lo que realmente necesita, sin mayor objetivo que el mutuo crecimiento, algo que impactará, sin duda alguna, en el fortalecimiento de la relación y, por tanto, en los objetivos que la misma persiga, ya sean profesionales, deportivos, románticos, filiales o de cualquier otro tipo.
¿Sigo con lo mío o me dedico a explorar en mi, en los otros y a desarrollar relaciones nutritivas para todos?
¿Cómo impactaría una Inteligencia Emocional elevada en el conjunto de la sociedad?