Incertidumbre y flexibilidad
Por Jordi Vilá
En estos tiempos un término que se antojaba abstracto y lejano ha ido tomando cuerpo en nuestra realidad más cotidiana: VUCA (un mundo Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), la pandemia ha hecho que nuestro control, si es que en algo lo teníamos, haya desaparecido de un plumazo.
Las personas necesitamos tener cierta sensación de control sobre las cosas, una mínima sensación si quieren, pero alguna, y cuando llega el tsunami actual y arrasa con eso, nuestro mundo, o mejor dicho, nuestra percepción del mundo, simplemente se disuelve y nos sentimos huérfanos.
Contra más fuerte sea la galerna en el exterior, más se aprecia la serenidad y la paz interior, y es por ello que necesito más que nunca ese orden en mi, un estado que me permite acometer la realidad con la flexibilidad del junco, sabiendo que lo que está fuera resulta incontrolable.
Ante un vendaval, las estructuras más recias y robustas se tambalean, árboles centenarios se ven arrancados de raíz de lugares donde hicieron su vida y, por el contrario, esas estructuras más ligeras en apariencia, como puede ser el junco, resisten los embates aceptando los vientos y ajustando su dirección a ellos, de algún modo, aceptan lo que hay y toman las posición que menor resistencia ofrece.
Un tópico dice “todo pasará”, y no por tópico es menos cierto. Pensar que esto pasará y que el tiempo me ayudará a ponerlo en su justo lugar me da cierta tranquilidad y, como un amigo que revisando su vida, veía que cosas mucho más duras las había superado llegó a decir la frase que tanto odió: «esto también pasará«.
Ser flexible, adaptarme a la situación en lugar de pretender controlar lo incontrolable, ajustar mis expectativas a lo que venga, haciendo lo posible por prever los distintos escenarios y buscar esa serenidad interior, van a ser ingredientes que me permitan tener mi cocina a punto.
¿Cómo vas a encontrar esa serenidad interior?