¿Formación o facilitación?
Por Jordi Vilá
Meses atrás me llamaba una empresa, querían una formación en el entorno del liderazgo y la comunicación. Por lo visto, alguien les había hablado de mí y les gustó lo que les contaron, así que me cogí un AVE y para allí que me fui.
Era una empresa de tipo medio, fabricante de componentes para el automóvil, con un equipo de Dirección potente técnicamente, excelente formación, tanto en el apartado técnico como de gestión. Empezamos a hablar con su Director General y su Directora de Recursos Humanos, un tanto cohibida para mi gusto.
Me contaban su situación, con ciertas disfunciones en la comunicación entre los miembros del Comité de Dirección, aunque lo disculpaban por las enormes cargas de trabajo que soportaban. Nunca habían tenido conflictos remarcables y, aunque sí que se percibían ciertas desavenencias, tampoco le preocupaban en exceso al DG, eso expresaba al menos, mientras el lenguaje corporal de su Directiva me gritaba que todo aquello era incompleto.
Al final, tras una charla de algo más de una hora y media, se concretaba su petición en ese programa de formación. Quedé callado, un silencio de reflexión que noté que incomodaba, un silencio que les resultaba pesado y que querían llenar con palabras vacías y de compromiso.
– Veréis, tal como lo veo, tenéis un equipo con una extraordinaria formación, cognitivamente difíciles de igualar – asentían mientras oían ese comentario, hasta que llegó lo que tenía que llegar, mi pero, ahí fue donde los músculos se tensaron.
– Pero, el conocimiento sin aplicación no es más que teoría, la sabiduría empieza por la aplicación. Os propongo trabajar el equipo desde una intervención que, indudablemente, contemplará el liderazgo, el trabajo en equipo y la comunicación, solo si el equipo lo considera prioritario y me explico –
– Necesitáis sacar a relucir lo que os preocupa, las desavenencias que sin duda se esconden tras una armonía ficticia, los frenos y palancas que, como equipo, tenéis, así que os propongo realizar un proceso de facilitación, de coaching de equipos –
– No sé si quiero que esas desavenencias como tu las llamas salgan a la superficie, ahora las cosas van bien, aunque es cierto que la comunicación es escasa. ¿Qué haremos si saltan chispas? –
– Bueno – contesté – nada peor de lo que está ocurriendo, con unos índices de satisfacción más bien bajos y unos equipos que se están resintiendo de esa falta de comunicación que hay arriba –
La charla se prolongó toda la mañana y resultó muy enriquecedora para ambas partes, barajando metodologías, riesgos, retorno de la inversión, etc., nos despedimos y al día siguiente tenía mi propuesta sobre la mesa. No tardó ni dos horas en llamarme para marcar el inicio de la intervención, aunque eso ya es otra historia.
Muchas son las organizaciones que piensan que un simple taller formativo acabará con sus problemas cuando, la verdad es que una intervención de coaching de equipos resultará mucho más eficiente.
¿Empezamos a analizarlo?