¿Estoy donde quiero estar?
Por Jordi Vilá
Daniel López Rosetti (2018) nos dice en el subtítulo de uno de sus libros “No somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan” y sería bueno que tuviéramos eso en cuenta, ya que nuestras decisiones tienen una gran parte de componente emocional y/o intuitivo, que podríamos definir como aquel saber que no sé que sé.
Desconozco el por qué, pero sé que no es ese el lugar en el que quiero estar, o aquella/s la/s persona/s con la/s que quiero estar, es una especie de desazón sin que exista un componente racional que lo sustente, simplemente es una sensación, una poderosa sensación.
Mi cuerpo reacciona, me envía señales y, al haberme desligado de ese tipo de lectura corporal, simplemente no lo considero, apelo a mi razón y, en demasiadas ocasiones, prosigo con personas o ambientes que no me causan ningún bien, ¿te suena la sensación?
Nuestros antepasados tenían una mayor sensibilidad, y es que les iba la vida en ello, sus sentidos estaban mucho más agudizados, prestaban atención a su energía interna, por el contrario, hoy tenemos un exceso de información externa que nos ha desapegado de nuestras propias sensaciones.
Me pregunto cuál sería la diferencia si volviera hacia mí, a reaprender a leerme, cosa que hacen algunas personas con notable éxito, posiblemente, ese autoconocimiento me permitiría dar respuestas notablemente distintas y no cargarme de estados de ánimo tóxicos para mi.
Quiero hacerle caso a mi cuerpo, escuchar profundamente mis sensaciones, dejar lo que quiera dejar, abrazar lo que quiera abrazar, estar con quien quiera estar, en todos los órdenes de mi vida y, tal como postula Otto Scharmer (2009), tener mente, corazón y voluntad abiertos, algo que refrenda Leon Vanderpol (2019) en su modelo de Coaching Profundo.
¿Estás donde quieres estar? ¿estás con quién quieres estar?