Es posible una sociedad distinta
Por Jordi Vilá
“Es imposible ganar sin que otro pierda”, este es el tweet que leía ayer y al que respondí con “@xxxx Lo siento, ahí no estoy de acuerdo, todos podemos ganar; la vida no es un juego de suma 0”. Obviamente, obtuve una respuesta que también os reproduzco como introducción a este post: “@Jvilaj Hola Jordi. Cuando encuentres ese mundo ideal y bonachón, me avisarás? yo no he sido capaz de hallarlo… hablo del mundo real.”
No os canso más con esta charla, para mi apasionante, en Twitter, pero creo que tras ella subyacen una serie de comportamientos que provocan buena parte de los problemas que vivimos en nuestra sociedad, en todos los ámbitos porque, como es lógico, no somos cajas estancas y lo que repercute en un ámbito, suele hacerlo en el resto de un modo u otro.
La creencia de que para que uno gane es necesario que pierda el otro, ese juego de suma cero, es tan solo una forma de ver las cosas, algo muy habitual en determinados entornos, lógico en unos y completamente estúpido en otros. Obviamente, en un partido de fútbol, si quiero que mi equipo gane, implícitamente, busco la derrota del otro, pero no todo es deporte en esta vida y, estoy convencido, aquí juega una baza importante la definición que cada cual haga del éxito.
Tenemos tantos ejemplos como queramos en nuestra vida cotidiana respecto a esta afirmación de vida sin competitividad, no solo es posible, si no que es mucho más sana. Los cuidados de unos padres hacia sus hijos, los de sus abuelos hacia los nietos, los mentores, en el ámbito empresarial con sus mentorizados, los de proyectos como PROYECTO HOMBRE, como la asociación ARRELS, MEDICOS SIN FRONTERAS y tantos otros, que no buscan que el otro pierda si no, bien al contrario, buscan que todos ganen.
Me diréis, seguramente, que en aspectos como la empresa esto no es posible, y os llevaría a casos como algunas cooperativas, donde los trabajadores se unen por un bien común, organizaciones como LA FAGEDA, una cooperativa respetada en todo el mundo por su gestión empresarial y por la enorme obra social que ha hecho, insertando laboralmente a personas con capacidades intelectuales limitadas.
Os propongo una reflexión, imaginemos un mundo en el que, más que acumular bienes, la sociedad estuviera realmente ocupada en conseguir que todos sus miembros tuvieran una plenitud de vida, ¿qué ocurriría entonces?. Una sociedad en la que la responsabilidad fuera un valor en alza, donde cada cual, luchara por el bien común.
Estamos construyendo una nueva sociedad desde un nuevo paradigma también en construcción, ¿te animas a unirte a aquellos que ya están trabajando en ello?