Es cierto hasta que se demuestra lo contrario
Por Jordi Vilá
– Aquí siempre se hizo así – ¿te suena la frase?, posiblemente es la frase más oída en las organizaciones cuando ya llevan un tiempo de rodaje y, contra más grande sea la organización, más suele emplearse la frase.
¿De dónde sale esa creencia?, quizás el siguiente vídeo nos pueda arrojar algo de luz…
Encontraríamos mil anécdotas referidas a ello y, sí, también la que estás pensando con esa media sonrisa que te aparece en la cara, sería válida.
Esto es algo inherente al ser humano (y a los monos, por lo visto), y es lo que se ha dado en llamar la “resistencia al cambio”, lógico por otra parte, ya que nos abre las puertas de la incertidumbre, algo mal tolerado en general por personas, equipos y organizaciones.
La frase que inicia el presente artículo es muy real y la habrás oído en todas las empresas en las que hayas trabajado, o en las universidades en las que hayas estudiado, algo paradójico, ya que deberían ser el adalid de la innovación y el cambio, o en cualquier institución o grupo.
La incertidumbre hace aflorar todos los miedos, algo que puede llegar a provocar la parálisis y el bloqueo organizativo.
Los cambios se imponen más que se introducen, algo que hace que los colectivos aún manifiesten de forma más enconada sus resistencias, por lo que el trabajo con distintos grupos puede hacer que se suavicen las reacciones.
Trabajar con el colectivo, identificar los miedos reales, dar información sobre el cambio y sus consecuencias, despejar dudas, tener honestidad con las personas que mueven la organización puede ser el inicio de la transformación organizativa.
Conocer el origen de las cosas y su vigencia en el momento presente hará que creencias muy arraigadas pierdan el sentido, todo y haber sido verdades dogmáticas en su momento.
No se trata del cambio por el cambio, se trata de analizar las cosas y ver de que otro modo se pueden hacer, descartando la afirmación “siempre se ha hecho así”, de lo contrario aún veríamos la tierra redonda, o consideraríamos una falacia hablar en tiempo real con otra persona situada en nuestras antípodas.
¿Seguimos con lo de siempre o empezamos a plantearnos si tiene sentido hacerlo así?