¿Enseñanza o aprendizaje?
Por Jordi Vilá
Te voy a dar feedback de tu presentación (cambiar esto por reunión comercial o lo que convenga en cada caso) – le dice el coordinador del equipo a su colaborador – Has hecho esto y esto bien, fallando en aquel aspecto y en el de más allá –
El colaborador asiente, unas veces con cara de circunstancias, otras con verdadero interés y, en cualquier caso, le han dado el trabajo hecho, impidiendo la riqueza del aprendizaje. Le han enseñado, pero eso no garantiza que haya aprendido.
Ahora, veamos ese mismo ejercicio desde la supervisión: tras esa presentación, reunión o lo que sea, el coordinador le pregunta al colaborador – ¿cómo te has sentido ahí? , ¿qué has aprendido de ello?, ¿de qué te sientes especialmente orgulloso? ¿qué podrías haber hecho de otro modo? ¿qué harás diferente la próxima vez? –
Podemos observar que en el segundo caso, el maestro lleva al Discípulo a sus propios descubrimientos a través de las preguntas abiertas, estirando de cada una de las respuestas y profundizando en ellas a fin de obtener el máximo aprendizaje posible. Ahí hay análisis, reflexión y extracción de conclusiones, algo que falta en ese feedback tradicional, en el que el colaborador es un sujeto pasivo.
Es cierto que el segundo de los caminos es más incierto e, inicialmente, nos puede hacer sentir más inseguros, como lo es que provoca un crecimiento en lugar de una limitación. De algún modo, provocamos en la persona una exploración en su actuación de la que carece la primera de las opciones y obtenemos su forma de ver las cosas, posiblemente distinta a la nuestra, algo que me permite inferir que también yo como maestro, obtendré valiosos aprendizajes.
Cuándo confiamos en el potencial de las personas a las que acompañamos, nos atreveremos con esa tipología de supervisión, de lo contrario, nos limitaremos a hacer apuntes en función de nuestro mapa mental. Se trata tan solo de confianza y valor, confianza en el otro y valor en mi para moverme fuera de mi zona de confort.
¿continuamos con los estilos tradicionales de gestión de los últimos años o vamos a la innovación socrática de hace 25 siglos?