Engendrando odio
Por Jordi Vilá
Nuevamente la lectura de un artículo de elconfidencial.com, me lleva a la reflexión, en este caso, sobre algo que los sabios no llegarían a comprender jamás, la estupidez humana y su crueldad.
Hagamos un poco de historia, pero partamos de la Gran Guerra, ya que tendríamos ejemplos de genocidios desde que el hombre es hombre, con motivos tan peregrinos como el color de la piel, la religión, la economía o cualquier otro, en cualquier caso, nada que pueda justificar las matanzas que el homo ¿sapiens?, ha realizado en la historia.
Encontramos primero la primera guerra mundial (1914-1918), con 23 millones de muertos entre civiles y militares, entre los que se incluyen el millón y medio de armenios masacrados por el ejercito turco, cuya historia se puede ver en la película “el destino de Nunik” (2007); continuamos con las matanzas de Joseph Stalin durante su dictadura (1924-1953), con más de 40 millones de personas a sus espaldas, seguimos con Hitler y su exterminio de 6 millones de judios en la segunda guerra mundial (1939-1945), la masacre francesa en Argelia, el Apartheid en Sudáfrica, los crímenes en uno y otro bando en la guerra fratricida española… y así podríamos continuar hasta nuestros días…
Y aquí es dónde podemos ver la estupidez humana y el gregarismo del que la psicología de masas nos hace buenas descripciones. Prácticamente siempre encontramos un demente (me atrevería a asegurar que no hay líder de estas matanzas al que no se le pudiera diagnosticar un grave trastorno) con ínfulas de misticismo, el cual enardece a las masas contra determinados grupos, a los que tiende a cosificar, y me explico.
Estos sujetos o grupos de ellos se basan en la despersonalización de los grupos objetos de su paranoia o, dicho de otro modo, en su cosificación, eliminando cualquier vestigio de persona y equiparándola con simples cosas, indignas de la más mínima compasión o aprecio y consiguiendo, con ello, las mayores atrocidades por parte del pueblo. Si no es persona, no merece amor ni consideración.
No permitamos que nunca más nos imbuyan creencias de este tipo, dignifiquemos al ser humano y repelamos cualquier intento por asemejar a la persona con un animal o una cosa algo que, desgraciadamente, se está llevando a cabo todavía hoy en nuestra sociedad y no muy lejos de nosotros, en Grecia (de un modo más sibilino), en Siria, en Egipto… pero también en otras realidades mucho más cercanas. Os dejo el link a una canción que no por clásica es menos actual, creada por Buffy Sainte-Marie en 1964 y grabada por Donovan en 1965: Universal Soldier
¿Podremos erradicar la peor de las enfermedades de nuestra sociedad, el odio?