Eneagrama 9 de 10. Eneatipo 8
Por Jordi Vilá
Si hiciéramos la similitud con la herramienta de diagnóstico Insights, posiblemente lo situaríamos en un rojo, seguro de sí mismo, con cierta agresividad, directo, el llamado desafiador, y es que se trata de la persona que tira para adelante sin parase en medias tintas.
Para estas personas no está permitida la vulnerabilidad, son fuertes y como tales tienen que mostrarse, yendo a por lo que consideran que deben conseguir, hasta que, si no da resultado o el resultado que esperan, simplemente lo dejan.
Hay quien le tilda de irascible, aunque en su interior anida un gran corazón que no le es dado ver a la mayoría de mortales, protegiendo a los suyos como muestra del mismo y de su preocupación por ellos.
Para un 8 la debilidad, simplemente, no está contemplada, así que negará hasta la saciedad ser débil y, por más que sea su cansancio, luchará por lo que cree, hasta que vea que deviene un imposible.
Su pasión declarada es la lujuria, en todos los sentidos, algo que contrarresta con la inocencia cuando llega a estar en un estado de esencia, tal y como nos manifiesta Ichazo.
Su principal fijación es la venganza, así que si has traicionado a un 8, descuida que tomará buena nota y sabrá como devolver la jugada, ya que es una tipología de persona que se entrega a fondo y no concibe la traición, algo que también te permite tener la máxima confianza.
Cuando está en la fase del ego su fijación es también la dureza, el castigo, desde la que transita hacia la compasión en las fases en las que se encuentra inmerso en su esencia, donde se encuentra con su verdadero yo despojado de máscaras y filtros.
Cuando están en esencia, se muestran seguros de sí mismos, luchan por lo que consideran importante, son sencillos y, lo que es más importante, hacen que las cosas pasen, en lugar de esperar a que ocurran. Es el tipo de persona a las que se busca por su liderazgo y claridad.
¿Cómo serías, 8, si estuvieras en tu esencia en lugar de en tu miedo?