El trayecto de un equipo
Por Jordi Vilá
¿Por qué aún no se ven los cambios?, ¿Por qué no conseguimos sostenerlos en el tiempo y volvemos a nuestros comportamientos tóxicos de antaño?
Estas podrían ser las preguntas del líder de cualquier equipo un par o tres de sesiones después de iniciar un proceso de coaching de equipos, el ansia de obtener resultados, “cambios”, es enemiga de la sostenibilidad de la transformación, más lenta, cierto, aunque también más duradera, en tanto en cuanto, no tiene vuelta atrás.
Los equipos no se crean de hoy para mañana, hay un gran trabajo interior en cada uno de los miembros antes de poder considerar si quiera que la transformación del sistema se está iniciando.
– Tengo que ampliar mi mapa mental con las aportaciones del resto de compañeros y, a su vez, estos han de ampliar sus fronteras adoptando algunas de las mías, solo así conseguiremos tener un territorio común al que llamar equipo y en el que la fluidez sea la tónica más habitual–
Estamos hablando de desaprender para aprender de nuevo, estamos hablando de deconstruir, estamos hablando de armar cimientos con el cemento de las ilusiones comunes, de izar la bandera del proyecto común, dejando el nuestro subordinado al primero…de todo eso estamos hablando, harto diferente de la praxis cotidiana en la que lo que prima es la competitividad y el resultado personal.
No se trata de eludir los conflictos, bien al contrario, se trata de afrontarlos desde la honestidad personal, se trata de explorar la diversidad de criterios, de cuestionar creencias personales y culturales, de hallar palancas e identificar frenos, de frenar la soberbia para dar cabida a la humildad…de todo eso se trata.
Y como puedes ver, no es rápido, ni fácil, aunque sí podemos afirmar de forma contundente que es apasionante, como podremos constatar en el transcurso del camino. Podemos creer que ya hemos llegado a la cima y comprobar como volvemos a las andadas, por ello es importante darle al sistema el tiempo que necesita para consolidar sus aprendizajes, sus nuevos hábitos y comportamientos.
Para que un proceso de coaching de equipos funcione necesitamos:
- Identificación de la necesidad.
- Disposición al cambio del colectivo.
- Mentalidad abierta, ausencia de agendas ocultas.
- Compromiso con el proceso.
El trayecto merece la pena, ¿empezamos a caminar?