El objetivo común, un éxito de todos
Por Jordi Vilá
Estamos hablando de lo que se consideran equipos de alto rendimiento, unos equipos en cuya cúspide aparece este valor, común a todos ellos, capaces de aceptar los sacrificios que algo así pueda implicar.
Esto no es válido en culturas en las que priman los egos o los objetivos personales, para poder llegar a este estadio, hace falta una cultura de generosidad, de participación, de colaboración, muy poco habitual pero, cuando aparece, vemos como los equipos y las organizaciones enteras se transfiguran, transitando hacia un tipo de colectivos en los que suele haber una auténtica comunión entre sus miembros.
Para llegar a este estado de aceptación del sacrificio, encontramos una tipología de líderes más que de directivos, personas que confían en sus semejantes, ya sean sus pares, sus propios líderes o sus colaboradores, aquellos con los que suelen hacer piña buscando ese bien común…de la organización.
Cuando se busca ese bien común colectivo, los objetivos personales pasan a un segundo plano y los beneficios redundan en el bien común, pero ahí no vale más que la visión conjunta y compartida, algo que suele huir cuando aparece el apego a lo personal, a lo propio, cuando se transita por el camino del cortoplacismo, incapaces de afrontar un reto común.
Si los miembros del equipo son capaces de aportar esa generosidad, erradicar miedos ancestrales a perder lo propio y convertirlos en el reto de lo común, podremos observar como todo el entorno cambia y, esa banda callejera, se convierte en una Jam Sesión en la que cada cual sabe que lo principal es la melodía conjunta, por encima del solo de trompeta, por bueno que sea el trompetista, el cual sabe que, su contribución, es conseguir esa armonía, aún y cuando su brillo no sea único si no que se apoye en el brillo del resto de instrumentos.
Todo ello es posible, lo estoy viviendo y me parece una aventura increíble, ¿quieres vivirlo tu también?, empieza por desapegarte de ti mismo y por ser consciente de que formas parte de un todo, cuyo éxito será tu propio éxito.
¿Vienes?