El estrés y mi dentista
Por Jordi Vilá
Hará poco más o menos unos cinco años, un dolor insoportable en el maxilar me llevó hasta urgencias, de donde salí con un chute de diazepam (benzodiacepina) y la recomendación de relajarme, pasando antes por mi dentista.
Al visitar a mi dentista favorito (no es que visitarle sea una de mis aficiones favoritas, pero en honor a la verdad, tiene una manos de oro), me diagnosticó bruxismo (rechinamiento voluntario de los dientes que suele producirse, especialmente, en estado de sueño y que provoca destrucción de piezas dentales y fuertes dolores maxilares) y me recetó una férula de descarga. Lo que más me sorprendió fue su comentario respecto al fuerte incremento de este problema en los últimos años.
Desde entonces, no olvidemos que son ya cinco años, duermo con la férula y mis molestias han desaparecido, aunque no sé si es por ella o por haber aprendido a vivir de otra manera, más relajada.
Hace unos meses me sorprendió que, en una de las sesiones de Coaching de equipos, uno de los participantes hizo alusión al mismo problema, así que decidí hacer un pequeño estudio casero al respecto, cuyos resultados realmente me impactaron.
El 100% de los equipos con los que trabajo, tiene esta tipología de problema en sus componentes y, el promedio de los afectados en cada sistema, vendrá a ser de, aproximadamente, un 25%, es decir, uno de cada cuatro.
Otro aspecto a tener en cuenta es que otros tantos, sufren de contracturas musculares, especialmente en espalda y hombros y visitan regularmente a un fisioterapeuta o masajista.
¿Es este el tipo de vida que queremos llevar?, a mi modo de ver, cada uno se destroza la vida como quiere pero ¿vale la pena?. Tal como lo veo, sería interesante aprender a relativizar los problemas que tenemos, la mayoría de ellos de índole profesional, iniciar ejercicios de relajación regularmente, aprender a desconectarnos e, incluso, animar a las empresas a proporcionar los medios para que esto se pueda llevar a cabo ya que estoy convencido del aumento de la productividad y la disminución del absentismo, de las bajas médicas y de la pérdida de talento.
Está en tus manos; si te sientes reflejado en estas líneas, ¿qué vas a hacer al respecto, piensas continuar deteriorando tu salud dental, mental y muscular o vas a empezar a tomar medidas?