El empleado como eje de la cultura corporativa

En 2023 en España, las bajas laborales por razones psiquiátricas alcanzaron un nuevo récord, situándose en algo más de 597.000 relacionadas con trastornos mentales y del comportamiento, siendo las principales la ansiedad y la depresión, algo que supone un crecimiento superior al 13% respecto al año anterior, según las cifras manejadas por le Seguridad Social, si nos dijeran que el mismo número de personas sufrirían un accidente aéreo en el mismo periodo, seguramente se tomarían medidas para que esto no ocurriera.

Vamos a por otro aspecto sin duda preocupante en las organizaciones; la rotación del personal se sitúa entre el 20 y el 40%, según lo publicado por Equipos y Talento y el informe de rotación laboral 2022 de Randstad, a lo que se suma la caída del sentimiento de pertenencia, algo que conlleva costes elevados en mermas de productividad, selección de personal y formación, entre otros a los que cabría añadir posteriores dificultades para la atracción y fidelización del talento.

Soy un absoluto convencido del desarrollo del liderazgo y los equipos, a fin de crear atmósferas psicológicamente seguras que permitan el desarrollo de las personas y erradiquen en la medida de lo posible la ansiedad, el distrés y la más perniciosa de las emociones en un entorno profesional: el miedo.

Veamos las diferencias entre una organización tóxica y una saludable:

Característica Tóxica Saludable
Cultura organizacional Competitiva, individualista, basada en el miedo. Colaborativa, inclusiva, basada en el respeto y la confianza.
Liderazgo Autoritario, poco empático, centrado en los resultados a corto plazo. Democrático, inspirador, enfocado en el desarrollo de las personas y en los objetivos a largo plazo.
Comunicación Pobre, poco transparente, con rumores y chismes. Abierta, honesta, con canales de comunicación claros y fluidos.
Reconocimiento Escaso, desigual, centrado en los resultados individuales. Regular, equitativo, que valora los logros individuales y colectivos.
Desarrollo profesional Limitado, poco invertido en la formación de los empleados. Fomentado, con oportunidades de crecimiento y desarrollo continuo.
Bienestar de los empleados Descuidado, con alta carga de trabajo y estrés. Priorizado, con programas de bienestar y conciliación laboral.
Relaciones interpersonales Conflictivas, basadas en la competencia y la desconfianza. Colaborativas, basadas en el respeto y la confianza mutua.

 

Algo se está transformando, y ese algo es la cultura organizacional, o debería serlo, ya que no tienen cabida las organizaciones patriarcales que florecieron el siglo pasado. Es un cambio complejo y lento que requiere del esfuerzo de todos si queremos tener éxito.

Estudiosos como Gardner, Goleman, Blanchard, Laloux o Pink (2009) parecen profundizar en ello, este último nos habla de la motivación a través de la autonomía, el propósito y la destreza, algo en lo que también ahondó Laloux (2015) en su Reinventando las organizaciones.

En distintos trabajos de acompañamiento a equipos he podido constatar la fuerza que surge cuando sus miembros se sienten parte de algo más grande que ellos mismos, aunque para ello, la alta dirección debe empujar en el mismo sentido, como apunta Laloux.

Demos a los equipos espacios para poder profundizar en su Ser y a los líderes el respaldo que precisan para ir más allá en su liderazgo, quizás con el soporte de un compañero de viaje y no cejemos en el empeño, la recompensa llegará en forma de una sociedad más sana y sostenible.

¿Qué puedo hacer hoy para que el mañana sea resplandeciente?

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