El día que perseguimos sueños
Por Jordi Vilá
Sábado 19 de octubre de 2013, 10,00h. de la mañana, empiezan a llegar los cazadores de sueños, los perseguidores de ilusiones. Hay abrazos, alegría por el encuentro, ambiente festivo y mucha ilusión por el encantamiento que hemos organizado esta mañana.
Primero, la quincena de coaches exponemos nuestro sueño, analizamos los motivos que nos impiden llegar a él y nos comprometemos a una acción en los próximos tres días para empezar a hacer que ese sueño se convierta en realidad. Pegamos el post-it en el panel, tiramos la limitación a la basura y nos disponemos a iniciar nuestra magia entre los paseantes del parque.
Nos dispersamos por parejas de coaches y en el ambiente empieza a flotar un perfume diferente, son las ganas de aflorar ilusiones y mover a las personas a la acción, haciéndoles conscientes de que gran parte de las limitaciones están en nuestra mente, solo en ella.
Las emociones aparecen, una niña que sueña con volar, una pareja de jóvenes que se emocionan pensando en una vida juntos, un par de policías que comparten con nosotros su sueño, un matrimonio con 37 años de vida en común cuya mirada es la de la ternura y el cariño, un chico con una grave disfunción que le permite tan solo movimientos con la cabeza, se abre ante nosotros con los medios a su alcance, un ejemplo de superación…. la verdad es que nuestras emociones son intensas en ese ejemplo de vida.
Algunos de los sueños capturados son, literalmente escritos:
- Quiero bolar con alas transparentes con purpurina rosa y morada.
- Curarme.
- Ser feliz.
- Poder estar con la persona que amo.
- I want my child to be happy.
- I want my daughter to be happy and succesful.
- Ser el que era.
- Descansar.
- Encontrar el verdadero hombre que sepa entenderme en esta etapa de mi vida.
- Crear un banco de tiempo muy fuerte.
Creerme si os digo que ha sido una jornada matinal intensa, muy intensa, preñada de ilusión, de un centenar de sueños que empezaban a bajar a tierra, de emociones desatadas y en las que, una vez más, comprobamos que el ser humano necesita compartir, ser escuchado, verbalizar sus sueños y sus angustias.
Gracias ICF ESPAÑA por el soporte prestado desde la secretaría técnica y desde Márketing, gracias a los coaches que hemos compartido esas horas y, sobre todo, gracias a las personas que han querido hacernos partícipes de sus anhelos y regalarnos su confianza.
Hoy Barcelona ha sido un poco más feliz.