Déjate comprobar que eso es posible
Por Jordi Vilá
Un buen día tu padre, tu hermano, un maestro, un jefe o quizás un amigo, te dijo que nunca lo conseguirías, y no se cansó de repetírtelo, hasta conseguir crear en tu interior un bloqueo que aún hoy te impide avanzar y te detiene en la puerta de eso que anhelas; creó en ti una creencia que, lejos de ayudarte, lo que consiguió fue castrarte, cortar tus alas e impedir que volaras hasta los confines en que puedes hacerlo.
¿Cuántas creencias de este tipo anidan en nosotros, en todos y cada uno de nosotros?, palabras o actos realizados, posiblemente con la mejor de las intenciones, para impedir una frustración, pero actos también, que iban haciendo que nos sintiéramos cada vez más pequeños.
Han pasado los años y quizás olvidamos el origen, pero aquella creencia sigue en nosotros, como un parásito que se adhiere a uno de nuestros órganos y le impide alcanzar su máximo nivel.
Ahí es donde yace la importancia de recordar que nuestro potencial es mucho mayor de lo que podemos llegar a pensar, algo que podemos ver en muestras fehacientes como las de este vídeo que posiblemente hayáis visto.
Es hora de pasar página, hora de profundizar en nosotros y desterrar ese regalo envenenado que mora en nuestro interior, tal y como el elefante de Bucay, sería capaz de deshacerse de la estaca que le mantenía prisionero de sí mismo.
Tienes razón, no es fácil, ni sabes como hacerlo, pero si dejas que tu interior y tu intuición te guíe, muy posiblemente te darás cuenta de que sí puedes ser quien quieres ser y tan solo tu mismo te lo impides o, mejor dicho, aquella parte de tu historia que hoy olvidada, te mantenía en tu prisión.
Date permiso para creer en ti, permítete usar la llave de la celda que tan solo tu tienes, porque nadie más va a poder abrir lo que hoy está cerrado desde dentro. Créeme, esa puerta puede abrirse y esa página pasarse aunque, ciertamente, no va a ser una tarea fácil, puesto que estará oculta tras cientos de excusas disfrazadas de buenas razones.
Hoy ha salido el sol para ti pero, para verlo, tendrás que abrir tus postigos y dejar pasar la luz.
¿Abrirás las ventanas para comprobar cómo es posible?