¿De quién hablas?
Por Jordi Vilá
Coach: Entonces, ¿cómo fue tomar esa decisión?
Directivo: Bueno, ya sabes, es una decisión de esas que tienes que tomar, aunque no te guste.
Coach: No, no lo sé, explícame como es hacerlo.
Directivo: Sabes que tienes que tomarla, de hecho, lo que hay en juego es mucho, así que sabes que debes hacerlo te guste o no.
Coach: ¿Y entonces?
Directivo: Bueno, entonces te llegan las críticas de todos lados, tanto si el resultado es bueno como si no lo es. Es frustrante ver como nadie te apoya de forma decidida.
Coach: y eso, ¿qué consecuencias tiene para ti?
Directivo: Te llegan las consecuencias de una forma automática, y no puedes hacer nada por evitarlo, salvo relativizar.
Coach: si me permites…
Directivo: Sí, por favor, dime.
Coach: Te estoy preguntando a ti en concreto y, en ningún momento, respondes en primera persona, ¿qué lo provoca?
Directivo: Bueno, es una forma de hablar, a fin de cuentas, a todos nos ocurre lo mismo.
Coach: ¿Hasta qué punto estás seguro de eso?
Directivo: – Visiblemente molesto – Es lo que comentan el resto de colegas, así que imagino que es al 100% cierto.
Coach: Te veo molesto, ¿qué es lo que te está molestando?
Vamos a dejar aquí lo que podría ser una transcripción real de una conversación de coaching, aunque no lo es. El directivo en todo momento está despersonalizando sus respuestas, e incluso se molesta cuando el coach se lo hace notar, ¿qué crees que lo provoca?
Esta es una actitud generalizada, ocurre cuando olvido que no todo el mundo mira el mundo a través de mis gafas, de mis filtros mentales y descubrirlo suele dar lugar a excelentes aprendizajes que me llevan a poder sentir que soy único y, aunque pertenezca a un colectivo, cada uno de sus miembros es singular.
Ocurre también cuando me quiero proteger de algo o de alguien, especialmente de la incoherencia entre mi actuación y mis valores.
¿Qué consecuencias tendrá hablar a partir de ahora en primera persona?