¿Cuál es la historia que me estoy contando?
Por Jordi Vilá
Ayer disfruté con la charla-taller que facilitaba Diana Ajzen a un grupo de Coaches de habla hispana, una charla que me impactó como creo que impactó al resto de colegas que estaban ciber presentes en nuestra conexión mensual.
Tengo un diálogo conmigo mismo, un diálogo que solo yo controlo, así lo que ocurre pasa por mis filtros mentales, por mis creencias, por mi forma de ver el mundo, de tal modo que no es lo que ocurre si no el relato que construyo en torno a ello.
Nos lo dice la PNL, el mapa no es el territorio y la ontología del lenguaje añade que las palabras crean realidades, crean mundos, así que el mundo que creo no es el mundo real, es el que yo construyo, es ni más ni menos “mi relato”
¿De qué otra forma pueden ser las cosas? ¿qué otras explicaciones pueden haber detrás de lo sucedido? Porque lo que me estoy diciendo en este momento es una interpretación de la realidad, muy distinto de la realidad objetiva, como también nos ayuda a ver Marshal Rosenberg en su “Comunicación No Violenta” (CNV)
Tanto es así que, si soy capaz de cambiar mi discurso, también cambiará mi interpretación y mi emocionalidad, algo que parece muy simple y que, metido en faena, se me antoja tremendamente complejo, aunque posible.
Tal como nos decía Diana, “yo tengo la varita” para cambiar mi estado, yo y solo yo, ¿cuál es la historia que me quiero contar?
En estos días de incertidumbre incluso apocalíptica, cambiar esta historia puede ser una de las formas de afrontar presente y futuro, ¿qué me está contando el universo? ¿qué es posible a partir de aquí?
Puedo sumirme en las sombras de la cueva de Platón o salir al exterior y buscar otras formas de ver la realidad, ¿qué es lo que decido hacer? quizás lo que me ocurre sea la mejor de las oportunidades aunque, en un principio, no lo pareciera.
Déjame repetir la pregunta de nuevo: ¿cuál es la historia que me quiero contar?