Confianza: el aumento de los resultados del equipo
Por Jordi Vilá
Que soy un absoluto convencido del trabajo en equipo no es ninguna sorpresa, aunque a veces la actuación sea muy individual…no podemos olvidar que formamos parte de diversos sistemas y que todos ellos necesitan de nosotros para existir.
Hoy quería plasmar algunas experiencias referidas a una competencia imprescindible en el devenir de un equipo de alto rendimiento: la confianza.
Hace algún tiempo, trabajé con un comité de dirección cuya relación podríamos catalogar de muy buena, sin conflictos por resolver ni agendas ocultas que estuvieran pervirtiendo su trayectoria con lo que, a priori, deberían sonar como una orquesta, pero esto no llegaba a producirse y la inquietud de su líder era patente; no acababa de entender la razón por la que siempre había algún elemento que perdía el tempo de la pieza, todo y ser personas técnicamente impecables y buenos gestores.
En algunas de sus conversaciones, salió a colación el término confianza y empezamos a trabajar sobre él. Su definición venía a ser, poco más o menos, el comportamiento predecible de cada uno de los miembros, sin duda, una acepción acertada del término, pero quisieron profundizar más, algo que resultó ser la llave de la caja de sus limitaciones.
Al final, conseguimos enunciar una nueva definición que consistía en poder mostrar sus facetas más vulnerables, sin temor a que el resto de compañeros lo utilizaran en su contra.
Su sensación era que no tenían tal temor pero, profundizando en su análisis como sujetos y como colectivo, tomaron consciencia de que, aún y sin tener temor al respecto, no se mostraban vulnerables ante el resto, en parte por falso pudor derivado de la cultura, en parte por, sí, un cierto miedo.
Dedicamos varias sesiones a trabajar sus resistencias a mostrarse como eran, a permitir un clima que permitiera mostrarse tal como eran, hasta que un buen día, jirones de careta empezaron a desprenderse de la esencia de sus miembros, mostrando primero pequeñas fisuras y después auténticas grietas en la coraza de su desconfianza.
Debemos tener en cuenta que no todos los elementos de un equipo evolucionan a la misma velocidad, pero está claro que la entrada de algunos en la dinámica, ejerce un efecto catalizador sobre el resto, algo que se dio también en este caso, entrando antes unas personas y siguiendo después el resto, viendo que no habían consecuencias nocivas a mostrar su autenticidad.
Los resultados empezaron a llegar en forma de mejora de indicadores de productividad, de asunción de resultados y, especialmente, de un indicador cualitativo que medía la relación entre los miembros. Hoy podemos afirmar que es una orquesta cuyas piezas siempre suenan como un conjunto, sin distorsiones de uno u otro instrumento.
¿Estamos dispuestos a mostrar nuestras zonas vulnerables?