Compartir
Por Jordi Vilá
Cuando me miras y dices que quieres que compartamos, yo imagino una vida en la que la confianza es la máxima base de la relación, y aquí estoy hablando de cualquier tipo de relación, de amistad, profesional, de pareja, de equipo….
Y partiendo de esa base te imagino, aunque quizás el problema sea que te sueñe, con la misma ideología, con una forma de pensar parecida, confiando de tal manera que nuestra suma se torna mucho mayor que nuestro simple sumatorio, algo así como 1+1=~, donde infinito es el resultado de la simbiosis entre diversas entidades que se potencian la una a la otra.
Podría decir que no espero nada de ti, pero la realidad es muy otra, ya que espero una relación recíproca, cuando menos en intenciones y en comportamientos. Si definimos compartir como distribuir un algo en partes, lo estoy entendiendo como una distribución igualitaria, en función de las capacidades y habilidades de cada cual y, si tu sabes arrancar del saxo esas maravillosas notas, yo me esforzaré porque de mi teclado, la melodía quiera bailar con tus notas.
Así es, en función de nuestras habilidades y capacidades, ya que entiendo compartir como el máximo exponente de la generosidad, pondré mis activos a tu disposición, esperando una actitud similar por tu parte ya que, al final, de lo que se trata es, ni más ni menos, que de actitudes.
También podría ser que anduviera equivocado y que, en mi afán por compartir, no hubiera explicitado con suficiente claridad lo que esto significa para mi y estuviéramos gestionando esta relación, con un gran número de contratos secretos[1](Handy, 2005).
Si así fuera, convendría realizar una refundación de la misma, exponiendo los hechos, el impacto emocional que estos tienen en nosotros, nuestras necesidades insatisfechas y lo que le pedimos al resto de componentes de la unión, es decir, utilizaría la Comunicación No Violenta (Rosenberg, 2006).
El verbo compartir no es tan solo una palabra, es toda una filosofía de vida en la que se requieren grandes dosis de generosidad y confianza y, los miembros de esa relación, deben determinar si están dispuestos a gestionarse de ese modo.
¿Estamos, realmente, buscando un entorno en el que poder compartir?