Coaching de equipos y CNV
Por Jordi Vilá
En la V semana internacional de coaching de la ICF, tuve el privilegio de facilitar una sesión junto a Montse Cascalló en el Institut Gestalt de Barcelona y, en ella, estuvimos explorando algo que personalmente he experimentado, y es ni más ni menos que la Comunicación No Violenta (Rosenberg, 2006) en el coaching de equipos.
Todos estuvimos de acuerdo en la potencia que tiene un modelo tan simple como este, basado en tan solo 4 pilares:
Su potencia reside, precisamente, en la simplicidad de modelo, algo que no significa que sea fácil ya que, por la naturaleza de las situaciones en las que se emplea, requiere unas competencias bien afinadas de templanza, serenidad y, “el rugido del león” o, dicho de otro modo, capacidad para bailar con cualquier música.
Como siempre, la importancia radica en el ¿Para qué?, y ahí pudimos ver como esta práctica se convertía en un desatascador de conflictos, siempre y cuando los facilitadores están con una presencia total y con un remanso de serenidad en su interior, ya que la conexión con la propia esencia deviene un elemento fundamental.
Esta es una filosofía de vida más que un modelo o herramienta, que el propio creador ha podido emplear en conflictos tan enconados como el conflicto árabe-israelí, así que podemos imaginar la utilidad que puede tener con cualquier tipo de colectivo.
Al final, dentro de los sistemas, existe una tendencia a eludir el conflicto, o a gestionarlo de forma agresiva, buscando, no ya la propia victoria, sino la derrota más humillante del otro o los otros bandos, razón por la cual esta forma de actuar nos permite vivir las realidades existentes desde distintas perspectivas porque, creerme, la realidad la vivimos desde nuestros filtros mentales.
¿De qué sirve ver la realidad desde otros prismas?, ni más ni menos que para empatizar con la otra parte, comprenderla y llegar a una profunda situación de compasión, entendiendo como tal la comprensión del dolor del otro y el firme deseo de sanación.
Os invito a vivir la CNV en la gestión de equipos, los resultados os sorprenderán.
¿Cuándo empezamos?